25.10.06

Cielo de Ordesa

Cuando los suenyos maduran se transforman en nubes, que vagan por el cielo en busca de destinatario. El contacto con aires fríos les hace precipitarse contra la sólida realidad terrena con formas delicadas.
Su esponjosidad protege el alma de las promesas humanas del miedo exterior.
Valle de Ordesa. Huesca. Agosto de 2006.

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