Al negarnos a aceptar un poder superior inmutable que nos supera, hemos colmado el vacío a golpe de imperativos personales. Súbitamente, nuestra vida se ha vuelto espeluznante.
Aleksandr Isayevich Solzhenitsin.
Matallana y La Vereda (Guadalajara). Abril de 2009.
No tengas nada en las manos ni una memoria en el alma, que cuando un día en tus manos pongan el óbolo último, cuando las manos te abran nada se te caiga de ellas. ¿Qué trono te quieren dar que Atropos no te lo quite? ¿Qué horas que no te conviertan en la estatura de sombra que serás cuando de noche, estés al fin del camino? Coge las flores, mas déjalas caer, apenas miradas. Al sol siéntate. Y abdica para ser rey de ti mismo.