Avanzó decidida hacia la segunda fila de tumbas, dejando atrás los quejidos de las bisagras del portón carcomido que asomaba a la era.
El eco sordo de las campanas de la lejana torre desmochada le devolvió su recuerdo, aún más lejano.
-"Yo también"- fueron las palabras más bellas que el le dijo en vida, un día de esos en los que aún no le golpeaba al volver del bar de Tasio a las tantas.
Limpió hasta verse reflejada en el mármol negro, frío como aquel viento otonyal.
Cubrió de flores la lápida para que no pudiera salir.
Madrigal de las Altas Torres. Agosto de 2006.
MINDEN KÖNYV 100 Ft
Hace 14 años
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