Al negarnos a aceptar un poder superior inmutable que nos supera, hemos colmado el vacío a golpe de imperativos personales.
Súbitamente, nuestra vida se ha vuelto espeluznante.
Súbitamente, nuestra vida se ha vuelto espeluznante.
Aleksandr Isayevich Solzhenitsin.
Matallana y La Vereda (Guadalajara). Abril de 2009.