Todo él era reluciente, por el brillante oro.
En el centro había una serpiente terrible, indecible,
mirando hacia atrás con ojos
que lanzaban destellos de fuego.
En el centro había una serpiente terrible, indecible,
mirando hacia atrás con ojos
que lanzaban destellos de fuego.
El Escudo. Hesíodo.
Atenas (Grecia). Noviembre de 2009.